martes, 20 de septiembre de 2011

sintomas del cancer al pulmon

¿Qué síntomas pueden aparecer en el cáncer de pulmón?
Las manifestaciones clínicas del cáncer de pulmón son muy variables al depender tanto del tipo de tumor, como de la localización y extensión del mismo.
Los signos y síntomas se pueden agrupar en cuatro apartados:
- Síntomas locales: Tos, dificultad para respirar, dolor torácico, hemoptisis, disfonía (por afectación del nervio recurrente, ya sea por invasión directa del tumor o por afectación de ganglios próximos).
- Síntomas generales: Pérdida de peso, astenia o cansancio y anorexia que se presentan generalmente en fases avanzadas de la enfermedad.
- Síntomas derivados de las metástasis:
- Afectación del hígado: Ictericia o coloración amarillenta de la piel, dolor abdominal en el cuadrante superior derecho del abdomen y signos de insuficiencia hepática. Es la más frecuente.
- Afectación del sistema nervioso central: Están presentes en el 10% de los casos en el momento del diagnóstico en los tumores de células pequeñas. Generan un amplio abanico de síntomas que incluye desde alteraciones del comportamiento, dolor de cabeza, parálisis motora de las extremidades e incluso el coma.
- Afectación de los huesos: El dolor óseo es típico de las lesiones metastásicas que asientan en el hueso, por orden de frecuencia a nivel de las vértebras, pelvis, huesos largos (húmero, cúbito, radio, fémur, tibia y peroné) y costillas.
- Síndrome de la vena cava superior: Un 12% de pacientes con cáncer de pulmón presentan este síndrome. Es debido a la compresión y/o trombosis de la vena cava superior por invasión directa del tumor o de los ganglios que la rodean. Este síndrome, se identifica por hinchazón del cuello, cabeza y extremidad superior derecha, con una dilatación muy marcada de las venas en estas localizaciones.  
- Signos paraneoplásicos: Lo más característicos son los síntomas derivados de la secreción de hormonas por parte de las células tumorales. Son más frecuentes en los tumores de "células pequeñas" y entre éstos los más frecuentes son el aumento de secreción de la hormona ACTH-like que produce intolerancia a los hidratos de carbono, debilidad, atrofia muscular en la parte superior de las extremidades, depresión, confusión, psicosis... entre otros, todos ellos síntomas de síndrome de Cushing.También es frecuente el aumento de secreción de hormona antidiurética, que se manifiesta por disminución de la micción, anorexia, astenia, alteraciones del nivel de conciencia e incluso coma. Otras manifestaciones relacionadas con el carcinoma de células pequeñas son la ginecomastia, debilidad muscular, alteraciones en la sensibilidad etc.  
La mayoría de los pacientes con cáncer de pulmón del tipo "células pequeñas", presentan enfermedad avanzada cuando acude al médico. Menos del 5% de estos tumores se descubren casualmente tras una radiografía de tórax realizada por otro motivo y el 70% presentan enfermedad metastásica en el momento del diagnóstico.
¿Cómo se diagnostica el cáncer de pulmón?
Ante la sospecha de cáncer de pulmón se deben realizar además de una correcta historia clínica, que recoja todos los datos del paciente, una serie de pruebas que confirmen el diagnóstico y ayuden a decidir la actitud terapéutica a seguir.
En primer lugar se deben realizar una serie de pruebas básicas como son un análisis de sangre y una radiografía de tórax. Aunque la realización de esta última es obligada, su utilidad se ve limitada en las lesiones que miden menos de 1 cm.
Detectada la lesión se debe iniciar un estudio que permita conocer el tipo de células que forman el tumor (diagnóstico etiológico), así como la extensión y gravedad del tumor (estadiaje):
- Diagnostico etiológico del tumor:
- Citología de esputo
De entre todos los métodos éste es el menos agresivo, está indicado cuando no se puede realizar la broncoscopia o el paciente rechaza someterse a dicha prueba.
El paciente recogerá la primera expectoración de la mañana, tras el lavado de la boca y dientes. En caso de no presentar expectoración espontánea será necesario provocarla mediante la inhalación de suero salino hipertónico. La muestra será analizada en el microscopio para detectar la presencia de células malignas.
La sensibilidad diagnóstica de esta prueba es mayor para los tumores de tipo epidermoide, los de localización central en el pulmón y los de mayor tamaño.  
- Broncoscopia
Es la técnica diagnóstica más útil para el diagnóstico del cáncer de pulmón. Consiste en la introducción de un tubo de fibra óptica (fibrobroncoscopio), a través de la boca o la nariz, para la visualización de los bronquios. El endoscopio permite la toma de muestras mediante la aspiración de secreciones y el lavado de los bronquios con suero (lavado broncoalveolar). También permite la realización de biopsias, directamente de las lesiones si éstas son visibles ó a través del bronquio en la zona donde se sospecha que está la lesión cuando ésta no es visible (biopsia transbronquial). Esta técnica nos permite, por tanto, obtener información adicional sobre la localización del tumor y de su extensión en el interior del árbol respiratorio, así como recoger muestras para estudio del tipo de tumor. Estos datos son fundamentales para la estadificación y la planificación del tratamiento.
En nuestro medio la broncoscopia puede alcanzar el diagnóstico en el 95% de los casos.
Es poco rentable cuando los tumores se sitúan en la periferia del pulmón, ya que en estos casos es muy difícil llegar a la lesión para tomar muestras.
- Punción aspiración transtorácica con aguja fina (PAAF)
Esta técnica diagnóstica se utiliza preferentemente en nódulos periféricos de pequeño tamaño en donde la broncoscopia no se considera rentable o, una vez efectuada, no ha sido diagnóstica. Consiste en pinchar, a través de la pared torácica, con control mediante un escáner, la lesión detectada previamente en la radiografía o el escáner de tórax.
La rentabilidad diagnóstica de la prueba se sitúa alrededor del 80-90 %. La complicación más frecuente es el neumotórax, que generalmente se soluciona con el reposo.
En ausencia de estas situaciones, no sería necesario realizar pruebas diagnósticas específicas. Sin embargo, cuando por los síntomas se sospecha la existencia de metástasis en el cerebro sería necesario realizar una TAC craneal.
En caso de presentar el paciente dolor óseo, cifras de calcio o fosfatasa alcalina anormales en la sangre, es preciso descartar metástasis en los huesos mediante una gammagrafía ósea.
Además se pueden solicitar otras pruebas como la determinación de marcadores tumorales en sangre, que intentan evaluar globalmente la extensión del tumor en nuestro organismo. En general, estas pruebas no se consideran válidas para el diagnóstico, su papel radica más en el control de la evolución de la enfermedad, como índice de actividad tumoral, de respuesta al tratamiento o de recidiva.
- Tomografía axial computadorizada torácica (TAC)
El estudio del tórax y de las zonas altas del abdomen, mediante tomografía axial computadorizada (TAC), permite en el caso de un tumor pulmonar detectar lesiones que no son visibles en una radiografía simple de tórax, ya sea por el pequeño tamaño o por la localización. Además el TAC de tórax puede ayudar a conocer la extensión del tumor, ya que permite detectar ganglios aumentados de tamaño, lesiones a nivel del hígado, de las costillas, etc. No obstante para la evaluación de los ganglios intratorácicos a veces no es suficiente con esta prueba y es necesario recurrir a pruebas más agresivas.
La prueba precisa para su realización, en la mayoría de los casos, la administración de un contraste intravenoso, para visualizar mejor determinadas estructuras.


tratamiento del cancer de pulmon

Los pacientes que realizaron este tratamiento consiguieron disminuir su ansiedad, estrés y tuvieron una clara mejoría en su calidad de vida. Algunos pacientes vieron alterados sus conteos hematológicos y tuvieron una reducción del tumor, sin aparente justificación medica. Los resultados provisionales indican una tendencia aumentar la relajación y el espíritu de lucha.

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El tratamiento depende de una serie de factores, incluyendo el tipo de cáncer de pulmón (de células pequeñas o no pequeñas), del tamaño, sitio y extensión del tumor, y de la salud general del paciente. Se pueden usar muchos tratamientos diferentes y combinaciones de tratamientos para controlar el cáncer de pulmón o para mejorar la calidad de vida al reducir los síntomas.
La cirugía es una operación para extirpar el cáncer. El tipo de cirugía que realiza el médico depende de la localización del tumor en el pulmón. Una operación para quitar sólo una pequeña parte del pulmón se llama resección segmentaria o en cuña. Cuando el cirujano remueve todo un lóbulo del pulmón, el procedimiento se llama una lobectomía. La neumonectomía es la extirpación de todo un pulmón. Algunos tumores son inoperables (no se pueden extirpar con cirugía) a causa del tamaño o del sitio, y algunos pacientes no pueden tener cirugía por otras razones médicas.
La quimioterapia es el uso de fármacos anticancerosos para destruir las células cancerosas por todo el cuerpo. Aun después de que se haya extirpado el cáncer del pulmón, células cancerosas pueden todavía estar presentes en el tejido cercano o en otra parte del cuerpo. La quimioterapia se puede usar para controlar el crecimiento del cáncer o para aliviar los síntomas. La mayoría de los fármacos anticancerosos se administran por inyección directamente en la vena (vía intravenosa) o por medio de un catéter, un tubo delgado que se coloca en una vena grande y permanece allí por el tiempo que es necesario. Algunos fármacos anticancerosos se administran en forma de píldoras o tabletas.
La radioterapia es el uso de rayos de alta energía para destruir las células cancerosas. La radioterapia se dirige a un área limitada y afecta las células cancerosas sólo en esa área. La radioterapia se puede usar antes de la cirugía para reducir el tamaño de un tumor o después de la cirugía para destruir cualquier célula cancerosa que haya quedado en el área tratada. Los médicos usan también la radioterapia, con frecuencia combinada con quimioterapia, como tratamiento primario en vez de cirugía. La radioterapia puede también usarse para aliviar síntomas como la falta de respiración. La radiación para el tratamiento de cáncer de pulmón con más frecuencia procede de una máquina (radiación externa). La radiación puede también proceder de un implante (un recipiente pequeño de material radiactivo) que se coloca directamente dentro del tumor o cerca de él (radiación interna).
La terapia fotodinámica, un tipo de terapia con rayos láser, consiste en el uso de un compuesto químico especial que se inyecta en el torrente de la sangre y que es absorbido por las células en todo el cuerpo. El compuesto químico sale rápidamente de las células normales pero permanece por más tiempo en las células cancerosas. Una luz láser dirigida al cáncer hace reaccionar el compuesto químico, el cual mata entonces las células cancerosas que lo han absorbido. La terapia fotodinámica puede ser usada para reducir los síntomas del cáncer de pulmón—por ejemplo, para controlar el sangrado o para aliviar los problemas de respiración debidos a que las vías de respiración están bloqueadas cuando el cáncer no se puede extirpar por medio de cirugía. La terapia fotodinámica puede también usarse para tratar tumores muy pequeños en pacientes para quienes los tratamientos ordinarios para cáncer de pulmón no son adecuados.
Los estudios clínicos (estudios de investigación) para evaluar formas nuevas de tratar el cáncer son una opción para muchos pacientes con cáncer de pulmón. En algunos estudios, todos los pacientes reciben el tratamiento nuevo. En otros, los médicos comparan terapias diferentes al dar el tratamiento nuevo a un grupo de pacientes y la terapia ordinaria (estándar) al otro grupo. Por medio de la investigación, los médicos están explorando formas nuevas y posiblemente más efectivas de tratar el cáncer de pulmón. Se puede encontrar más información acerca de los estudios de tratamiento en la publicación del NCI La participación en los estudios clínicos: lo que los pacientes de cáncer deben saber. El PDQ®, el banco de datos de información sobre el cáncer del Instituto Nacional del Cáncer, contiene información detallada acerca de los estudios en curso para cáncer de pulmón. NCI tiene también un sitio de Internet: http://www.cancer.gov/clinical_trials/ que proporciona información detallada para pacientes, profesionales de la salud y el público acerca de los estudios en curso sobre el cáncer de pulmón.
Tratamiento del cáncer de pulmón de células no pequeñas

Los pacientes con cáncer de pulmón de células no pequeñas pueden recibir tratamiento en varias formas. La selección del tratamiento depende principalmente del tamaño, sitio y grado del tumor. La cirugía es la forma más común de tratar este tipo de cáncer de pulmón. La criocirugía, un tratamiento que congela y destruye el tejido canceroso, puede usarse para controlar los síntomas en los estadios (etapas) últimos del cáncer de pulmón de células no pequeñas. La radioterapia y la quimioterapia pueden también usarse para hacer más lento el progreso de la enfermedad y para controlar los síntomas.
Tratamiento del cáncer de pulmón de células pequeñas

El cáncer de pulmón de células pequeñas se disemina con rapidez. En muchos casos, las células cancerosas ya se han diseminado a otras partes del cuerpo cuando se diagnostica la enfermedad. Para llegar a las células cancerosas en todo el cuerpo, los médicos casi siempre usan quimioterapia. El tratamiento puede también incluir radioterapia dirigida al tumor en el pulmón o a los tumores en otras partes del cuerpo (como en el cerebro). Algunos pacientes reciben radioterapia al cerebro aun cuando no se encuentre cáncer allí. Este tratamiento, llamado irradiación craneal profiláctica, se da para prevenir que se formen tumores en el cerebro. La cirugía es parte del plan de tratamiento para un número reducido de pacientes con cáncer de pulmón de células pequeñas.